- Diseño y Comunicación >
- Publicaciones DC >
- Creación y Producción en Diseño y Comunicación >
- Noticias célebres: vivir en una mentira
Noticias célebres: vivir en una mentira
Kuo Justiniano, Lorena
Asignatura: Teorías de la Comunicación
Creación y Producción en Diseño y Comunicación

ISSN: 1668-5229
Ensayos sobre la Imagen. Edición XXV Escritos de estudiantes. Primer Cuatrimestre 2019 - Ensayos Contemporáneos. Edición XXIII Escritos de estudiantes. Primer Cuatrimestre 2019
Año XIV, Vol.88, Diciembre 2019, Buenos Aires, Argentina | 278 páginas
descargar PDF ver índice de la publicación
Ver todos los libros de la publicación
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional
Resumen:
Este trabajo tiene como objetivo comprender si es indispensable cumplir con
todos los contenidos de las fake news para que se produzca una. Para esto, nos
remontaremos a la Guerra de las Malvinas en 1982.
Se
toman tres noticias falsas esparcidas por las autoridades mediantes los medios
de comunicación (más específicamente de Crónica y Gente) y se procede a
detectar los componentes que caracterizan a las fake news, tales como la
apelación a la emociones o el grado de verosimilitud. También se realiza un
análisis riguroso de cada uno de ellos para entender la relevancia que
conllevan y de qué forma fueron utilizadas para manipular al público en aquella
época de incertidumbre.
Introducción
El
siguiente ensayo tiene como eje temático las fake news durante la Guerra de las
Malvinas. El recorte será analizar si es necesario cumplir con todos los
componentes de las noticias falsas para que se genere una.
En
1982 se vive un clima de incertidumbre y tristeza ante la partida de personas a
una guerra que ya se creía perdida por muchos. Para calmar al pueblo y por
intereses propios, los militares deciden utilizar a los medios de comunicación
como herramienta para esparcir noticias falsas del triunfo de Argentina sobre
Las Malvinas. Por aquella época en el país había una dictadura militar y se
encontraba gobernada por el presidente Leopoldo Fortunato Galtieri. Debido a la
crisis y baja popularidad del gobierno, la guerra sería una forma de unir la
opinión pública del país contra un enemigo en común: los ingleses. De esta
forma, las autoridades obtendrían lo que buscaban: mejorar su imagen pública y
popularidad.
Lo
que pretende demostrar el trabajo es la importancia (o no) de los contenidos
claves de las noticias que ayudaron a las autoridades a imponer el discurso
dominante sobre el pueblo en una era de precaria tecnologización comparada al
presente. Sumado a esto, también se hará referencia a la apelación de emociones
y las dificultades que imponía el contexto para detectar si las noticas eran
verídicas o no.
Desarrollo
Durante la Guerra de las Malvinas se esparcieron
numerosas noticias falsas, pero para el presente trabajo se seleccionaron solo
3 de ellas provenientes de medios de comunicación privados, específicamente el
diario Crónica y la revista Gente. Ante estas se desprende el
siguiente análisis de sus componentes:
En
primer lugar, es necesario destacar la obviedad de que las revistas/diarios
previamente nombrados pertenecían a medios conocidos y renombrados, por lo que
el pueblo no tendría motivo a detenerse y cuestionar la verificación de la
fuente. El problema aquí remonta a que el régimen militar tenía el total
control de la información que se transmitía. En un documento oficial enviado a
los medios se establecía que cualquier intento de difusión de la información
que produjera pánico o atentara contra la unidad nacional, seria censurado y se
detendrían a los respectivos autores.
Además,
permitieron que pocos periodistas viajaran a las Malvinas para documentar los
sucesos. Ya en la actualidad, dieron testimonios de la constante represión que
vivían allí y cómo las notas o fotografías tenían que pasar previamente por un
riguroso control de las autoridades para enviar la parte de la historia que a
ellos les convenía. Nicolás Kasenzew, corresponsal de la guerra, declaró hace
no mucho que junto a sus colegas, no sabían lo que se llegaba a publicar o no y
recién se enteraron cuando volvieron de que solo se emitió el 5% del material
entregado.
Los
medios claramente aprovecharon la vulnerabilidad y el clima de incertidumbre de
la sociedad. De aquí se desprende otro componente clave: la apelación extrema
hacia las emociones o mentiras emotivas.
En
todos los artículos periodísticos, se repite la utilización de verbos en
primera persona en plural para los titulares: “Vimos rendirse a los ingleses”,
“Estamos ganando” y “… nuestro territorio”. Esto no es una simple coincidencia,
el fin era poder reforzar la idea de una unidad, de una guerra que unía a todos
los argentinos sin importar las diferencias políticas. Por eso también se
explica el uso de palabras positivas o triunfantes como “victoria” y
“recuperación”. Y no solo eso, sino que también se refiere al barco inglés como
“flota pirata”. El término pirata tenía una connotación negativa en la
antigüedad, que era adjudicada a los marinos dedicados a actividades ilícitas o
ilegales que tenían autorización de un gobierno para atacar o sabotear las
naves enemigas.
Así,
se buscaba enfatizar y potenciar el odio del pueblo hacia los ingleses como
peligrosos y amenazantes para el nacionalismo argentino: dentro del subtitulo
de Crónica, se lee: “Marines asesinan a prisionero argentino”.
Otra
apelación hacia la emocionalidad fue que se adjuntaron fotografías fuertes y
emocionantes. Las fotos fueron un arma poderosa para sustentar la veracidad de
lo que se informaba: “Estas campañas se propusieron (y en gran medida lo
lograron) convencer a una parte importante de la población (que a su vez quería
creerlo) de que ganar la guerra era posible”, afirma la investigadora Cora
Gamarnik (2015). Pero este no era el único objetivo. Los medios también buscaban
atacar la parte sensible y vulnerable de los lectores.
Un
componente obvio a estas alturas pero necesario recalcar es el interés de la
audiencia en la noticia. No solo porque involucraba a todo el país, sino porque
muchos tenían allegados que partieron con un destino incierto.
En
cuanto a la verosimilitud, si bien los militares censuraban y manipulaban la
información que se esparcía, nunca traspasaron la línea hasta llegar a lo
ridículo e imposible, siempre se mantuvieron al borde de lo que tal vez podía
llegar a ocurrir. Si bien era poco probable el triunfo de argentina contra un
país más desarrollado como lo era (y es) Inglaterra, la gente, desesperada por
saber que sus familiares se encontraban bien, deseaban escuchar noticias de
aliento y tranquilidad, y eso era lo que obtenían.
A pesar de que hasta ahora se cumplieron varios
componentes claves como la emocionalidad y la verosimilitud, hay faltantes que
no se pueden dar debido al contexto de los hechos.
En
los 80, la tecnología no estaba tan avanzada, por lo que aún no existían las
redes sociales.
Según
el artículo de opinión de Jorge Segovia, la era de la posverdad es una
prolongación de una larga tradición de engaños políticos y manipulación
mediática, que hoy en día tienen nuevas fórmulas de injerencia y se les suma un
aliado importante: los canales digitales. Estos últimos ayudan a fomentar la
aceleración del proceso de circulación de información falsa y son los
principales medios para que estas se viralicen rápidamente.
Paradójicamente,
la falta de redes sociales terminó siendo una ventaja para las autoridades. El
motivo es que los lectores opositores a lo que ocurría, no tenían donde
descargar sus opiniones o frustraciones más que con las personas de su
ambiente. No existían las redes interconectadas que permitían llegar a millones
de personas en un instante (horizontalidad de la web), y no podían informarse
de otra fuente que no sea de los medios previamente censurados y manipulados
por los militares. Esto generaba una monopolización de la información y opinión
pública.
Lógicamente,
ante la falta de desarrollo tecnológico, lo políticos tampoco podían hacer la
cabeza con ingeniería social (métodos de persuasión psicológica diseñados para
engañar) ni, en su consecuente, existían los algoritmos de aprendizaje
automático que provocan la aparición de sugerencias de contenidos que se
seleccionan en base a hábitos del pasado.
Por
otro lado, los especialistas hablan de efecto burbuja o cámara de eco para
referirse a cómo las redes sociales nos devuelven la imagen del mundo que
queremos ver. Los humanos tienen una tendencia biológica a creer aquellas cosas
que son compatibles con sus ideas previas.
Si
bien en la época de la Guerra de las Malvinas no se podía establecer el efecto
burbuja que se da en el presente debido a la ausencia de plataformas digitales,
el gobierno comprendía a la perfección lo que el público quería escuchar, y eso
era lo que transmitía en la construcción de su relato social: Victoria sobre
las Malvinas y la esperanza de los soldados argentinos regresando a casa sanos
y salvos para reencontrarse con sus familiares.
Desde la neurociencia, Facundo Manes sostiene que el
cerebro humano privilegia implícitamente la información que apoya las creencias
u opiniones que se sostienen de otras fuentes de información. Sin embargo, para
la sociedad de 1982, toda la información contenía exactamente el mismo discurso
dominante que transmitían desde el gobierno, y al mismo tiempo, este coincidía
con lo que la audiencia quería y deseaba escuchar. Entonces, basándonos en
todas las teorías dichas, se puede concluir que en aquella época se dio un
efecto burbuja, con la diferencia de que el rol de las redes sociales en la
distorsión de la realidad fue reemplazado por los políticos con sus falsos
mensajes placenteros para la audiencia.
Sin
embargo, no es justo señalar a la sociedad antigua como ignorante y reacia a
aceptar la realidad: porque esa era la única realidad que se les presentaba en
cada fuente de información a la que acudían.
Conclusión
Teniendo
en cuenta lo analizado previamente, se demostró claramente que no es necesario
cumplir con todos los componentes de las noticias falsas para crear una. Y no
solo eso, sino que la falta de contenidos claves puede llegar a ser hasta
beneficiosa para los medios de comunicación. La importancia está puesta en
generar estratégicamente los contenidos según su calidad y lo que genera en el
público, y no basándose en las cantidades de la misma.
La
monopolización de la información durante la guerra de las Malvinas fue posible
y creíble en parte porque el público era incapaz de expresar libremente lo que
opinaba mediante una red social que llegue a una audiencia extensa. La
desinformación, la mirada triunfante, la posición de un enemigo en común y la
necesidad de unión para luchar por una misma causa fue la postura que los
medios de comunicación decidieron tomar. Ya en la actualidad, deciden cambiar
(hipócritamente, por supuesto) su discurso hablando acerca de cómo los
argentinos están en deuda con los jóvenes que mandaron a la guerra y la
catástrofe para los ciudadanos que esta resulto ser. La falta de autocrítica
sobre su actuación y posición demuestran una vez más lo alarmante que es que
personas sigan creyendo en sus discurso al 100%, siendo que detrás de cada
noticia casi siempre habrá un interés propio.
Es
indispensable entender que la clase dominante siempre tendrá el poder
suficiente para hallar la manera de virar todo a su favor, incluso cuando todo
pareciera estar en su contra. Constantemente encontrarán la forma de manipular
a las masas. Es por eso que la sociedad necesita escapar del mundo que
decidieron fabricar para ellos y entender que corren peligro al estar expuestos
a una realidad moldeada por sus propios intereses.
Inconscientemente,
continúan siendo marionetas de una clase hegemónica con intereses egoístas. Y
el hecho de que casi nadie observe esto como un peligro total dice mucho de la
sobremodernidad en la que se vive.
Bibliografía
Blaustein,
Z. y Zubieta, M. (1998). Decíamos ayer: La prensa argentina bajo el Proceso
[versión e-book]. Editorial Colihue. Recuperado de
https://books.google.com.ar/books?id=tg1iRSh3frgC&printsec=frontcover#v=onepage&q&f=f
alse
Borella,
G. (abril, 2019). Guerra de Malvinas: El rol de los medios, un debate
pendiente. Noticias Perfil. Recuperado de
https://noticias.perfil.com/2019/04/02/guerra-de-malvinas-el-rol-de-los-medios-un-debate-
pendiente/
Etcheberry,
M. (2017). La Guerra de Malvinas de 1982 en la prensa nacional e
internacional. Un balance comparativo. Universidad Torcuato Di Tella.
Recuperado de
https://repositorio.utdt.edu/bitstream/handle/utdt/6500/LHIS_2017_Etcheberry.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Farias,
M. (2012). Opinión: Malvinas y los medios, una historia. Agencia pacourondo,
periodismo militante. Recuperado de http://www.agenciapacourondo.com.ar/patria-grande/opinion-malvinas-y-los-medios-una-
historia
Gardey,
A. y Perez, J. (2014). Definición de pirata. Definicion.de. Recuperado
de https://definicion.de/pirata/
Vazquez,
C. (2018). La prensa en la guerra de Malvinas: una operación mediática a
favor de la Junta Militar. La izquierda Diario. Recuperado de
https://www.laizquierdadiario.com/La-prensa-en-la-guerra-de-Malvinas-una-operacion-
mediatica-a-favor-de-la-Junta-Militar
Noticias célebres: vivir en una mentira fue publicado de la página 225 a página227 en Creación y Producción en Diseño y Comunicación
ver detalle e índice del libro