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Una aproximación (teórica y práctica) hacia la inclusión educativa de las TIC
Matozo Martínez, María Victoria
Reflexión Académica en Diseño y Comunicación NºXXIX

ISSN: 1668-1673
III Congreso de Creatividad, Diseño y Comunicación para Profesores y Autoridades de Nivel Medio. `Interfaces Palermo´
Año XVII, Vol. 29, Noviembre 2016, Buenos Aires, Argentina | 214 páginas
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Resumen:
La inclusión de Tecnologías de la Información y el Conocimiento (TIC) en el campo de la educación propone un nuevo modo de concebir la tarea educativa, ya que nos obliga a revisar las prácticas docente, el tipo de pedagogías utilizadas, el rol que le otorgamos al alumno y la escuela como institución educativa como excelencia. La nueva brecha digital y la diferencia entre tenencia y uso de tecnología con fines educativos, serán ejes sobre los cuales se desplegarán los conceptos que utilizaremos para analizar el estado actual de la reflexión en educación y TIC y algunas experiencias docentes.
Palabras claves: tecnologías de la información y la comunicación– brecha digital – educación.
Una aproximación (teórica y práctica) hacia la inclusión educativa de las TIC La inclusión de Tecnologías de la Información y el Conocimiento (de ahora en adelante TIC) dentro de la educación es un tema en boga actualmente donde apocalípticos frente a los rápidos cambios que la tecnología propone, se enfrentan a los integrados dentro de las nuevas configuraciones socioeducativas que las TIC proponen.
Ambas perspectivas se desarrollan en la práctica diaria en las escuelas, y el presente trabajo tiene como objetivo reflexionar en las mismas ejemplificando diferentes concepciones a través de actividades, recursos y experiencias reales de enseñanza.
En la reflexión analizaremos la influencia de las TIC en la educación, algunas propuestas y experiencias positivas de inclusión educativa que pueden ser retomadas por futuros docentes, el rol del alumno, el rol del docente y el tipo de pedagogías desplegadas en las actividades que realizamos con y para nuestros alumnos.
¿Cuánto influyen las TIC en la educación? La inclusión de TIC ha sido una meta de la educación mundial en los últimos años. Varios organismos internacionales han publicado documentos específicos que dan cuenta de algunas experiencias realizadas en Latinoamerica y analizan la inclusión de TIC en educación desde la especificidad de cada país. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), por ejemplo, ha analizado la incorporación de tecnología educativa en la Argentina a partir de un recorrido histórico que permite dar cuenta de las principales políticas llevadas a cabo por los sucesivos gobiernos en materia de educación y TIC (Vacchieri, 2013). También la UNESCO ha reconocido los desafíos de incluir tecnología en educación y se le reconoce a la Argentina, junto a otros países de Latinoamérica, el logro de haber incorporado TIC en las escuelas a gran escala y con gran rapidez en los últimos años.
A pesar del escenario de gran difusión de las nuevas tendencias de educación, en y con, TIC y la distribución de netbooks y otras tecnologías a través de programas educativos como Conectar Igualdad, la gran distribución de equipos no ha tenido el correlato educativo esperado. Lo mismo ocurre en otros países como Francia o Chile (Tedesco, 2005) en donde la inclusión tecnológica no ha mejorado los procesos de aprendizaje de los estudiantes.
En la misma senda diferentes autores exponen las falencias de la incorporación masiva de TIC en educación, dudando de su eficiencia al observar resultados decepcionantes. En este aspecto es menester puntualizar que la presencia de la tecnología por sí misma no va a modificar las estrategias de enseñanza (Área Moreira, 2011). Esta posición nos obliga a redefinir y cambiar el enfoque de la “brecha digital” que ya no estaría en el acceso a la tecnología, sino en el uso de la misma (Tedesco, 2005, Levis, Diéguez y Rey, 2011, Buckingham, 2008). En este sentido la dificultad estaría en el desencuentro entre TIC, docentes, escuelas y alumnos (Gros, 2004, Dussel, 2011).
Hoy en día, muchos estudiantes en Argentina disponen de computador personal (el cual han comprado o al cual accedieron por Conectar Igualdad o programas similares), teléfono celular con conexión a Internet, grabador de voz, cámara fotográfica y de video, y quizás más dispositivos tecnológicos que podrían incluirse dentro de proyectos escolares de tecnología educativa. Asimismo casi todas las escuelas públicas de la nación poseen computadoras escolares dentro de la institución, y muchas escuelas públicas de la Ciudad de Buenos Aires disponen de pantallas digitales para fomentar el uso de TIC. Toda esta tecnología puede ser encausada educativamente generando proyectos que las incluya. Estará en la creatividad docente el organizar estos espacios, pero el acceso no sería un gran impedimento actualmente.
Entrando al mundo del alumno Volviendo a la nueva brecha digital, se han evidenciado numerosos casos donde el problema de acceso ha sido solucionado (todos los alumnos disponen de netbooks o las instalaciones son adecuadas) pero los resultados pedagógicos son similares a escuelas que no disponen de tecnología. En estos casos, algunas justificaciones de estos resultados recaen en las características propias del alumno desligando de responsabilidad a la escuela, los docentes y, principalmente, a las pedagogías desplegadas en las aulas, que muchas veces no son del todo adecuadas para generar aprendizajes a partir de actividades basadas en el uso de TIC. La ineficiencia en la inclusión de TIC es explicada por el origen social de los alumnos principalmente, marcado por su código lingüístico (Bernstein, 1997) y las marcas de su hábitus de clase (Bourdieu, 2007). Dichos alumnos se enfrentan a desigualdades en el acceso a la educación basadas en los principios de equidad social que se evidencian en las dificultades materiales y simbólicas en su escolarización (Pla y Chavez Molina, 2010:17) que luego dificultarán su ingreso a la educación superior. Esta concepción, relaciona al éxito educativo con el esfuerzo personal y expone una raíz meritocrática (Goldthorpe y Jackson, 2007, Dalle, 2013) de lo escolar que traduce otras desigualdades en interpretaciones sobre las capacidades de los sujetos y el esfuerzo personal (Baquero, 2001) o del “gusto por la escuela” (Solis, 2007:175).
Algunos ejemplos de esta situación podemos encontrarlos en la utilización de tecnología que los docentes realizan transpolando clases expositivas del pizarrón a la pizarra interactiva, o utilizando videos de Youtube, películas, planillas autocompletables de ejercicios o encuestas online (como Survey Monkey por ejemplo) para impartir sus clases.
En estas actividades predomina una utilización de TIC que refuerza pedagogías transmisoras (Gutiérrez-Martín y Tyner 2012) individualistas y competitivas, que no consideran al alumno como capaz de producir conocimiento.
Esta utilización de la tecnología refuerza una pedagogía de transmisión, reproduce las desigualdades educativas de base y utiliza las mismas estrategias de enseñanza que el uso de TIC propondría modificar.
Pero también existen otras experiencias exitosas que intentan sortear las barreras del código lingüístico y el hábitus de clase realizadas a través de la utilización de redes sociales, y reemplazar las pedagogías transmisoras por pedagogías de la interacción (Aparici y Silva, 2012) en donde docentes y estudiantes trabajan colaborativamente para producir conocimiento en un movimiento multidireccional.
Facebook, como la red social con más usuarios en el mundo, ofrece un entorno para configurar grupos y desde allí contactar a través de una misma página a múltiples usuarios con objetivos comunes. Crear una página con todos los alumnos de un solo curso puede fomentar la comunicación entre ellos. En primer lugar esta tecnopráctica se inserta en el hábitus (Bourdieu, 2007) de los jóvenes estudiantes, ya que diariamente utilizan esta red social e interactúan a través de ella. Al tener Facebook abierto, a los alumnos les “llegan” los mensajes, actualizaciones y comunicaciones del docente o curso sin necesidad de abrir especialmente el grupo o la página escolar. Por otro lado, esta actividad es plausible de ser realizada bajo un código lingüístico (Bernstein, 1997) compartido por alumnos, ya que las abreviaturas, emoticons y demás símbolos de comunicación on line pueden ser utilizadas. Quedará luego a decisión del docente cómo encausar la práctica lingüística de forma educativa.
Nuevas concepciones en el uso de TIC La perspectiva planteada en este trabajo se opone a las concepciones puramente meritocráticas de la educación, revalorizando otras perspectivas que postulan la necesidad escolar de crear condiciones de educabilidad adecuadas (Baquero, 2001) que permitan a los estudiantes desarrollar su potencial a partir de sus condiciones particulares y su zona de desarrollo real, trabajando en la zona de desarrollo próximo-ZDP- (Vigotsky, 1988) para alcanzar los objetivos escolares propuestos.
La ZDP es la distancia que existe entre el nivel de desarrollo real y el nivel de desarrollo potencial del sujeto en donde existen funciones que todavía no han madurado y requieren de andamios, de la ayuda del otro para desarrollarse correctamente. Enseñar es justamente crear ZDP e intervenir sobre ellas, proponer apoyos, andamiajes al alumno para que pueda desarrollarse. En el aprendizaje escolar la ZDP se construye en el vínculo entre el docente y el alumno. El docente es el sujeto experto que oficia como andamio para un alumno novato o menos experimentado que intenta alcanzar un nivel potencial. El objetivo de la interacción es que el alumno se apropie gradualmente del saber experto y llegue a actuar autónomamente. Esto ha sido operacionalizado en lo que llamamos aprendizaje colaborativo en el que la ayuda del andamiaje (el docente) tiene como requisito su propio desmontaje progresivo (Baquero, 1996:148). La buena enseñanza consiste entonces en generar las condiciones necesarias para desarrollar la ZDP a través del andamiaje y diferentes estrategias didácticas como por ejemplo insertar la actividad propuesta a los alumnos en objetivos más amplios y que el alumno lo sepa, realizar trabajo grupal, etc.
En este sentido, los docentes actuarían en la educación en TIC como andamios de los estudiantes quienes a partir de sus conocimientos previos, la interacción con otros alumnos y el trabajo colaborativo generarán, de forma progresivamente autónoma, conocimiento. Los estudiantes utilizan su creatividad, producen contenidos y crean a partir de las consignas dictadas por el docente que actuarán de marco a los proyectos que ellos emprendan. La actividad de alumno será libre, siempre y cuando siga los objetivos docentes planteados, y la tarea del profesor será acompañar ese proceso, ayudar cuando haga falta y dar un paso al costado cuando no, para que los alumnos mediante su propia actividad aprendan.
Alumnos como prosumidores La línea de trabajo que planteamos corresponde a una concepción socioeducativa Integradora Educacional (Levis, concepciones), exponiendo las posibilidades democratizadores de las nuevas tecnologías postulando a la incorporación de TIC como una vía de liberación, comunicación y creación para sectores vulnerables. La inclusión de TIC en la sociedad dio lugar al paso de las sociedades industriales a una nueva sociedad del conocimiento (Gros, 2004: 3) que se caracteriza por la democratización en el acceso y la producción del conocimiento. Es en esta nueva sociedad en la cual se produce conocimiento desde diferentes sectores, y todo aquel que pueda tener acceso a la tecnología es pausible de producir y crear.